La mirada de alguien que ve la muerte es la palabra ahogada de una humanidad perdida... cuando sólo se puede tragar saliva por no tragarte tu propia vida.

domingo, 1 de abril de 2007

DESARROLLO LOCAL VS GLOBALIZACIÓN SALVAJE

A estas alturas de desarrollo humano y el planeta nadie queda libre de conocer palabras como "globalización", "mercado libre", "crecimiento indefinido", "cultura de consumo" o "capitalismo agresivo". Todos, en mayor o menor medida, sabemos de lo que estamos hablando, porque lo vivimos diariamente. Es la "cultura" que, nos guste o no, impuesta o no, hemos asumido como nuestra, consumimos constantmente, muchas veces sin pararnos a pensar qué canales, caminos o trayectorias han seguido los productos que compramos, sin meditar lo suficiente qué colectivos son los más desfavorecidos con el comercio de materias primas; qué comerciantes son los más perjudicados con la lucha institucional y desleal que ofrecen responsables políticos y grandes superficies comerciales para aniquilar el pequeño comercio y, finalmente, qué grado de fiabilidad y seguridad nos dan los productos que con bombo y platillo nos anuncian en los medios de comunicación. Esta "nueva"religión que nos ha tocado vivir hoy día impacta frontalmente con un desarrollo sostenible, es decir, duradero, de los recursos limitados con los que contamos para el resto de vida que le queda al planeta. Son muchos los gritos en contra de aquello que se entiende como el desarrollo más irracional de toda la historia de la humanidad, ultimamente gritos agónicos por parte de cerebros que más nos valdría escuchar, economistas, historiadores, antropólogos, músicos i algún que otro político destituido, todo esto sazonado con un movimiento real, nacido como respuesta natural a una agresión, que algunos denominan antisistema, antiglobalización y otros apelativos, movimiento nacido del grito callejero y la cacerolada, movimiento que algunos se han apresurado a denominar "antiprogreso", "okupa", "residual" para intentar aplastar cualquier grito en contra del neoliberalismo más fascista. Ahora ya es tarde, para todos, la semilla de la discordia ya se ha plantado, echando raices, así que no queda otra opción que implicarse, en un sentido u otro, porque cerrar los ojos nos deja en una situación de complicidad con el nuevo orden mundial. Esto no se arregla de golpe, de hecho ya no puede arreglarse. Sólo nos queda minimizar los daños ya ocasionados. Sólo nos queda el desarrollo local, la autogestión de materias primas y recursos energéticos, y, en definitiva, una actitud de crítica a todo aquello impuesto y que, obviamente, se ha demostrado perjudicial para todos los hombres y mujeres y, sobretodo, para los hijos, nietos y resto de descendencia que, al fin y al cabo, heredaran el planeta, esté como esté. Desde estas líneas iniciamos un diálogo razonado, justificado y lleno de sentido común, para buscar todas aquellos recursos que, desde un punto de vista local, nos puedan ayudar a luchar por un espacio mas justo, sostenible y ecuánime. De hecho, tenemos que creer aquello de "otro mundo es posible" porque, si no, estamos vendidos.

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